Hicimos este mosaico marino para cubrir una pared blanca junto a una piscina y así personalizarla y darle un poco mas de colorido. Fue nuestro primer mosaico y según lo fuimos haciendo fuimos aprendiendo.
Dibujamos sobre un papel lo que será la guía de nuestro diseño. Lo protegemos con film transparente (vale el de cocina) y colocamos encima la malla de fibra de albañilería. Lo fijamos todo a la mesa con cinta de pintor.
Comenzamos a pegar sobre esta base con cola blanca de carpintero trocitos de baldosa, dejando un pequeño espacio entre las piezas, que mas tarde rellenaremos con la junta que mas nos guste.
Una vez seca la cola se separa la malla de fibra retirando cualquier resto pegado del film transparente quedándonos con la malla y nuestro mosaico listo para transportar a la pared..
Cuando tuvimos varios dibujos quisimos ver como quedaban ya colocados en la pared y los pegamos con cemento-cola.
Los espacios que nos quedaron entre los dibujos tuvimos que terminarlos directamente sobre la pared, mucho mas incomodo que sobre los caballetes en los que estábamos trabajando. Y mucho mas caluroso pues estábamos en pleno verano.
Realizar trozos mas grandes sobre la mesa y trasladarlos a la pared es mucho mas cómodo y sencillo de trabajar. Solo hay que dibujar el contorno del trozo que retiramos sobre nuestra base de trabajo para continuar con la misma forma y que nos coincida con lo ya pegado en la pared.
Así vamos realizando simultáneamente nuestro dibujo y el fondo de relleno. Al trabajar mas cómodos el resultado final es mucho mejor con un acabado mas uniforme.
Muestra del tamaño de los bloques con los que trabajamos. Al ser bastante grandes utilizamos unos tableros de madera para que no se rompieran al transportarlos. En las fotos siguientes se ve el hueco antes y después de colocar el ultimo bloque.
Y todos los paños con la junta terminada.
Y el trabajo completo.